*Andrea Cantillo
En el mundo de los animales salvajes cuando un depredador busca alcanzar su presa primero la evalúa observando y detallando detenidamente sus movimientos y conductas para poder determinar el mejor momento y táctica para realizar el ataque. Una vez atrapa a su presa ¿qué realiza con ella?, bueno, depende de qué quería lograr con ello, por lo general se divide en dos situaciones: mostrar su poder o alimentarse. Haríamos bien como jóvenes en busca de un cambio aprender estas conductas de nuestros compañeros animales para lograr nuestro objetivo último y común, que se desarrollen políticas acordes con la preservación longeva de nuestros recursos y así contribuir a la meta y sueño de todos los seres humanos: vivir en un mundo con mejores oportunidades de vida y bienestar, donde no solo se busque sobrevivir.
Dentro del espacio de participación para sociedad civil que se presenta en las diferentes COP, se ve a la juventud hablando y demandando que se reconozca su participación activa y su rol como receptores directos de las consecuencias de las acciones actuales. Un pedido con el que concordó Ban Ki-moon cuando en la 39° Conferencia de la Escuela Internacional de las Naciones Unidas (UNIS) estableció que se necesita a la juventud para ser exitosos en las decisiones fundamentales que se realizaran este año, como el acuerdo al cual se espera lleguen las naciones en París[1]. Pero, ¿está la juventud preparada para recibir esta responsabilidad?
Volviendo a mi metáfora inicial, en este escenario las presas que quisiéramos atrapar y conseguir serían remplazadas por la meta de que nos tengan en cuenta en la toma de decisiones, falta determinar ¿cuáles acciones de evaluación estamos realizando previamente y una vez lo logremos qué haremos con esta oportunidad?
Cayendo en el cliché de que los jóvenes hablan y demandan pero no reconocen realmente lo que sucede. Se ven varios casos en organizaciones donde, aunque bien hacen en denunciar, no entienden el contexto o las razones políticas y fuertes de raíz, por las cuales suceden estos eventos cayendo en denuncias vacías y poco propositivas. Carecen de una evaluación previa de su presa.
Hablando desde la experiencia que he podido obtener en este último año, podría afirmar que es de suma importancia buscar entender de manera adecuada los procesos y los contextos internacionales y nacionales antes de lanzarnos a nuestra presa. En el momento en que la juventud entiende y posee el conocimiento de cómo funcionan estos dos escenarios puede encontrar el camino más adecuado para ser asertivo en cómo va a presentar no solo sus demandas sino también sus propuestas, logrando hacerlo de una manera más eficiente y constructiva.
No malentiendan lo que quiero decir, no se trata de olvidar qué queremos y qué buscamos para adaptarnos a lo ya existente. Se trata de evaluar los métodos que estamos usando para llegar a nuestro objetivo.
Afortunadamente me puedo sentir optimista de ver que cada vez mayor número de jóvenes se están uniendo y están haciendo de la evaluación previa parte central de su trabajo, preparándose para asumir la responsabilidad que viene con las acciones que demandan. Solo nos queda por ver y esperar que no caigamos en egoísmos, egocentrismos y burocracias innecesarias para así llegar a conocer de cada uno de estos grupos ¿Qué acciones realizarán en el momentro de atrapar a su presa?
[1] http://www.un.org/youthenvoy/2015/03/international-student-event-secretary-general-assigns-lifelong-homework-passionate-global-citizens-ensuring-better-world/
En el mundo de los animales salvajes cuando un depredador busca alcanzar su presa primero la evalúa observando y detallando detenidamente sus movimientos y conductas para poder determinar el mejor momento y táctica para realizar el ataque. Una vez atrapa a su presa ¿qué realiza con ella?, bueno, depende de qué quería lograr con ello, por lo general se divide en dos situaciones: mostrar su poder o alimentarse. Haríamos bien como jóvenes en busca de un cambio aprender estas conductas de nuestros compañeros animales para lograr nuestro objetivo último y común, que se desarrollen políticas acordes con la preservación longeva de nuestros recursos y así contribuir a la meta y sueño de todos los seres humanos: vivir en un mundo con mejores oportunidades de vida y bienestar, donde no solo se busque sobrevivir.
Dentro del espacio de participación para sociedad civil que se presenta en las diferentes COP, se ve a la juventud hablando y demandando que se reconozca su participación activa y su rol como receptores directos de las consecuencias de las acciones actuales. Un pedido con el que concordó Ban Ki-moon cuando en la 39° Conferencia de la Escuela Internacional de las Naciones Unidas (UNIS) estableció que se necesita a la juventud para ser exitosos en las decisiones fundamentales que se realizaran este año, como el acuerdo al cual se espera lleguen las naciones en París[1]. Pero, ¿está la juventud preparada para recibir esta responsabilidad?
Volviendo a mi metáfora inicial, en este escenario las presas que quisiéramos atrapar y conseguir serían remplazadas por la meta de que nos tengan en cuenta en la toma de decisiones, falta determinar ¿cuáles acciones de evaluación estamos realizando previamente y una vez lo logremos qué haremos con esta oportunidad?
Cayendo en el cliché de que los jóvenes hablan y demandan pero no reconocen realmente lo que sucede. Se ven varios casos en organizaciones donde, aunque bien hacen en denunciar, no entienden el contexto o las razones políticas y fuertes de raíz, por las cuales suceden estos eventos cayendo en denuncias vacías y poco propositivas. Carecen de una evaluación previa de su presa.
Hablando desde la experiencia que he podido obtener en este último año, podría afirmar que es de suma importancia buscar entender de manera adecuada los procesos y los contextos internacionales y nacionales antes de lanzarnos a nuestra presa. En el momento en que la juventud entiende y posee el conocimiento de cómo funcionan estos dos escenarios puede encontrar el camino más adecuado para ser asertivo en cómo va a presentar no solo sus demandas sino también sus propuestas, logrando hacerlo de una manera más eficiente y constructiva.
No malentiendan lo que quiero decir, no se trata de olvidar qué queremos y qué buscamos para adaptarnos a lo ya existente. Se trata de evaluar los métodos que estamos usando para llegar a nuestro objetivo.
Afortunadamente me puedo sentir optimista de ver que cada vez mayor número de jóvenes se están uniendo y están haciendo de la evaluación previa parte central de su trabajo, preparándose para asumir la responsabilidad que viene con las acciones que demandan. Solo nos queda por ver y esperar que no caigamos en egoísmos, egocentrismos y burocracias innecesarias para así llegar a conocer de cada uno de estos grupos ¿Qué acciones realizarán en el momentro de atrapar a su presa?
[1] http://www.un.org/youthenvoy/2015/03/international-student-event-secretary-general-assigns-lifelong-homework-passionate-global-citizens-ensuring-better-world/